Almas | ||||
(魂, Tamashī) | ||||
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Información | ||||
Anterior | Veneno | |||
Número | Capítulo #20 | |||
Siguiente | Memorias Reflejadas en el Horizonte | |||
Saga | Determinación (Saga) | |||
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Almas (魂, Tamashī) es el capítulo # 20 de las Crónicas de la organización Mikazuki.
Todo estaba en completa calma en la mansión de la Uzukage, hasta que apareció corriendo por el corredor una revuelta mata de cabello azul haciendo destrozos seguida por un pelinegro que iba un poco más tranquilo, pero igual de divertido.
.- ¡Gané!-exclamó la chica de cabellos azules levantando los brazos y saltando, para expresar su alegría ante la victoria.
.- No es justo, eres una enana corres menos oportunidades de esquivar las cosas que pueden romperse-dijo el pelinegro mirándola acusadoramente mientras señalaba un jarrón roto a su espalda.
.- Tranquilo, yo le digo lo del jarrón a Shinku-chan-Ame agitó su mano derecha restándole importancia.
Nao la miró levantado una de sus cejas imaginando el millón de reacciones que podría tener la Uzukage- Nah, date prisa hablando con Shinku-san.
.- Ustedes dos... - escucharon una voz masculina a sus espaldas, ambos se voltearon y observaron a Zack que los observaba extrañado e incrédulo desde su posición- Acaban de salir del hospital con heridas graves. - miró a Nao directamente - y están correteando como niños de academia sin ninguna preocupación. - esta vez pasó su mirada a Ame - Aparte de eso, rompieron un jarrón que perteneció a la madre de Uzukage-sama - La mirada del espadachín se tornó acusadora.
.- ¡Fue Nao! - delató mientras señalaba al chico a su lado, Nao casi cae de espaldas ante la traición de Ame.
Zack suspiró y ambos chicos hicieron una reverencia exclamando - ¡Lo sentimos!.
.- Está bien, solo espero Shinku no los mate - dijo comenzando a caminar, siguiendo su camino.
.- Iré a dar una vuelta - Nao regresó sus pasos hacia la escalera, perdiéndose de la vista de Ame.
Despreocupadamente, la peliazul dio unos pasos acercándose a la puerta de la oficina de la Uzukage, cuando estaba a punto de tocar la puerta para informar sobre su situación, vio esta entreabierta y escucho murmullos de parte de la pelirroja, por lo que decidió ojear un poco antes de interrumpir. Se llevo una gran sorpresa cuando vio que era a una pequeña ave a quien le hablaba... Ah, espera, ¡Un cuervo en miniatura!.
Así que desobedeciendo a sus modales entró sin más.
.- ¡¡Shinku-chan!! - exclamó con voz cantarina- ya casi es hora de irnos ¿estás lis...-interrumpió su pregunta ante la curiosa posición de Shinku.
Ella se veía muy feliz en ese momento, al parecer había recibido una carta y estaba levemente sonrojada al leerla. Ahora ella empacaba también una misiva, en la cajetilla del ave y le daba un pequeño beso sobre el plumaje de la cabeza
"Ten mucho cuidado"
Tras decir eso, el pequeñín salio volando mientras la pelirroja le observaba por la ventana. Ame miraba la escena sorprendida, ya que nunca había visto así a la Kage.
.- ¿Shinku-chan? - preguntaba la Senkō frente al escritorio mientras que la pelirroja se quedo perpleja al reconocer esa voz, volviendo a su expresión seria. No la había escuchado entrar.
.- No deberías entrar sin tocar. - Decía la pelirroja, aún mirando por su ventana.
.- Si llamé a la puerta, pero como no respondías yo...-se acercó rápidamente al escritorio con claras intenciones.
.- ¿Todo bien, Ame-sama? - decía la Uzukage mientras volteaba cuando vio que la peliazul tomaba la carta que había recibido, mientras la veía con curiosidad. Al ver esto, Shinku reacciona rápidamente quitándole el papel e impresiona a Ame por su reacción, aun más al ver sus mejillas coloradas. - ¡N-no leas eso! - gritaba nerviosa la pelirroja, mientras que la carta desaparecía gracias a un sellado en sus manos, al parecer al ser enviada a otro lugar.
.- ¿Que es eso?- unos ojos negros brillaron de curiosidad, extendiendo la "o" más de lo debido.
.- Información confidencial.. - Shinku entrecerró su mirada, aun sin perder el toque carmesí de las mejillas, que a la líder de Mikazuki, le parecía cómico y adorable.
• • •
A medida que adelantábamos nuestros pasos las luces de las velas se intensificaban en el largo corredor, Kuroyuki a mi lado seguía informando de algo que no tenia importancia en mi, mientras tanto esas palabras solo rondaban una y otra vez..
“ | La humanidad vive de sueños y vanidad, en ilusiones sus vidas estarán, corazones furiosos ante la fuerza esperando la rebelión, tú mi cínica muñeca muéstrales el mañana en tus ojos de cristal.. | ” |
Aquella frase que tanto repitió aquel hombre retumbó en mis pensamientos y desconocí la llegada a mi habitación, apenas me di cuenta de la puerta en la cara de Kuroyuki, recordando que es la forma de callarle su dulce boca y molesta voz.
Caminé inconscientemente hacia la cama y tomé asiento en el borde inferior, la mirada reparó en la mujer que se reflejaba en el gran espejo frente a esta, de largos cabellos blancos y vacíos ojos de plata.
.-¿En que piensas tanto ?
La profunda voz masculina de Taro se hizo escuchar a mi espalda y posteriormente sentí quemar en mi cuerpo las caricias que recorrían de mis hombros a la cintura y se reflejaban en el gran espejo ante la claridad de la luna. Vi en mi rostro pintarse una cínica sonrisa, entrecerré mis ojos lentamente respondiendo a las caricias y de la misma forma me coloqué a su espalda, posando mis manos decoradas por negras uñas en sus hombros, y mis labios cercanos a su oído susurraron:
.-Tú insignificante Senkō, tan bueno te crees como para poner tus débiles manos sobre mi...No eres mas que ira miserable sin camino. No eres nada comparado con tu hermano...
Las caricias de Taro cesaron ante mis palabras, mi sonrisa se anchó un poco más ante su nuevo y creciente odio.
Lo vi caminar hacia la puerta y segundos después desaparecer por ella, nuevamente esas palabras resonaron en mi mente y poco a poco en mis oídos resonó esa fascinante melodía...esa melodía compuesta por los gritos desesperados de aquel anochecer, y en mis pensamientos se visualizaron los cabellos azules de esa mujer de fiero espíritu que defendía con desesperación lo más amado para ella, mis ojos de plata brillaron al observar sus orbes de onix que por ultima vez estarían carentes de vida y su rojo corazón en mis frías manos latía.
Mis pasos me llevaron al gran ventanal de mi habitación, abrí sus puertecillas de par en par, continuando mi recorrido hacia el borde del balcón, desde la altura observé cautivo al pueblo de Shirogakure incapaz de defenderse, incapaz de revelarse, una pequeña risa sádica escapó de mis labios y aclarando mi garganta dirigí mis palabras hacia ellos:
“ | Personas de frágil inocencia ante mis ojos están, miserables esperanzas en ellos van, la espera de su Luz en espera se quedará pues lo que no entenderán en leyenda se transformará y esta fría oscuridad su luz opacará... | ” |
Observé la mirada de las personas, hambrientas de piedad y misericordia completamente rendidos y hundidos en la miseria, esperando ingenuamente el día en que su ángel del infierno los liberará.
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• • •
. .-Entonces se sonrojó, y no me dejó leer nada- continué comentándole a Nao, tratando de encontrar una respuesta a la reacción de Shinku y el contenido de la dichosa carta, Nao compuso una expresión pensativa y yo me adelanté, estábamos listos para partir y solo faltaban Shinku y Zack.
El sol brillaba a todo su esplendor esa mañana, me gustaba sentir ese suave resplandor sobre mi piel pero creo que prefiero los días nublados y fríos, como ese día.
.-¡¡Ame!!- Nao gritó cerca de mi oído para hacerme reaccionar.
.-¿¡Que demonios te pasa!?- le respondí soltando un golpe sobre su cabeza provocándole un chichón.
.-Yo solo quería decirte que ya sé por qué Shinku estaba sonrojada- se sobó la cabeza, entrecerré mis ojos amenazándolo- Tal vez tiene un admirador secreto y le envió una carta, con cosas ya sabes... -me miró con complicidad y una completa expresión de pervertido, a saber que diablos se estaba imaginando.
.-Estúpido Nao- le dije chasqueando la lengua y soltándole otro golpe- no sabes pensar en otra cosa.
Conocía a Nao desde muy pequeña, poco después de haber dejado Shirogakure, estaba consciente de lo que era la muerte en ese entonces, y lo único que podía pensar es que había perdido a todos para siempre que nunca más volvería a escuchar la risa de papá, ni la voz de mamá al cantarme algo, hasta el día de hoy no lograba comprender por qué Taro nos atacó de esa forma, destruir vidas solo por las ansias de poder, desde niña había entrenado muy duro, explotando al máximo mi talento, aprendiendo a escaparme a hurtadillas, para algún día alejarme de ese lugar y de todo, desde hace muchos años que reorganizar Mikazuki estaba en mis planes, crear un grupo de shinobis poderosos, movilizarnos portando orgullosos nuestras capas blancas y hacer conocer nuestros nombres por todo el mundo, para que Taro temiera, se escondiera y yo disfrutar de su terror hasta al fin estar ante el y suplique piedad como lo hicieron y seguramente lo hacen todos esos inocentes.
.-Sangre se paga con sangre- pensé en voz alta.
Salí de mis pensamientos y miré fijamente a Nao que me observaba con expresión seria, la misma que seguramente poseía yo, Nao es mi mejor amigo en todos los sentidos, me conoce mejor que nadie, sonreí de medio lado con decisión.
-Me agrada cuando pones esa cara, significa que viene algo divertido- Dijo Nao devolviendome la sonrisa y enredando un mechón de mi cabello azul en el dedo indice de su mano derecha, y a la distancia vimos a Shinku y Zack caminando hacia nosotros a paso tranquilo.
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Los nuevos miembros oficiales del restaurado equipo Mikazuki tomaron camino hacia el Manantial oculto de la luz guiados por la fundadora de la iniciativa y siguiendo el camino indicado por el anciano Konoe.
-¡Hai!-exclamó la dueña del Koton- ¿Todos listos?- colocó sus brazos en jara sobre sus caderas sonriendo ampliamente, recibiendo en respuesta un asentimiento por parte de los jóvenes de Uzushio y una gran sonrisa acompañada de una señal con el pulgar en señal de apoyo por parte de Nao.
Se giró con decisión emprendiendo su camino, siendo seguida por sus nuevos compañeros
-Muy bien entonces en march...a...- a penas dio un par de pasos cuando sus pies tropezaron con una piedrecilla.
Zack observó escéptico desde su posición a la chiquilla que los guiaba y escuchó a Shinku suspirar suave pero audiblemente.
-¿Se supone que ella es la heredera de un antiguo y codiciado poder?- Zack levantó una de sus cejas ligeramente.
La pelirroja observó a Ame que se encontraba furiosa golpeando a Nao por burlarse de su caída y sonrió suave pero sinceramente.
-Si que lo es- afirmó Shinku sin perder su sonrisa- sólo déjala crecer.
-Pues hasta que eso suceda, creeré que nos timaron- Zack sonrió con resignación soltando de paso una suave risa que llamó la atención de la joven peliazul que sonrió ampliamente en respuesta soltando a su amigo.