Encuentro | ||||
(遭遇, Deai) | ||||
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Información | ||||
Anterior | Veleidad | |||
Número | Especial # 8 | |||
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Okaasan.. Otousan... Onii-sama..
El humo tupía el calmado cielo ante aquellos pequeños ojos, una diminuta nariz no inhalaba correctamente debido al aire contaminado de aquel atroz día de esa misma mañana...
Los ecos de una gran explosión se escuchaban a lo lejos, una niña yacía tirada en el suelo junto a lo que solía ser un muro de habitación y luciendo diversas heridas graves en su diminuto cuerpo. Con gran esfuerzo abrió sus ojos intentando ver el daño a su alrededor..
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"Es verdad que los débiles lloran Ku, pero derramar lágrimas limpia el alma.. Y tu hermanita la estas ensuciando." Onii-sama decía eso cuando yo solía aguantar el llanto de cualquier cosa. Madre, Padre ellos siempre estaban de acuerdo con él. Yo... Los apreciaba.
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La noche se vivió en todo su resplandor, mientras la pequeña permaneció inmóvil y en silencio hasta que los rayos del sol posaban y deslumbraban en lo que unas horas atrás eran unos ojos llenos de dulzura. Sus pestañas estaban húmedas, su nariz estaba rosada y su mejilla izquierda empapada. No presto atención a su llanto continuo, ni a nada más, sólo lloraba y miraba fijamente a la destrucción que estaba en su frente.
.- Terminamos aquí. Pueden holgazanear unos segundos, nada de mascotas..
.- SI SEÑORA!! -se escuchó al unisono.
.- Kurai-sama.. -miro a la mujer, desobediente a su orden.
.- Kenzō -lo miro con desprecio- Vete -le dijo la mujer mientras se alejaba de él.
Con mirada triste el joven procedió en su paso para explorar en los restos de la lucha ganada en aquella aldea. Vería si podría encontrar algo valioso entre el bello paisaje de escombros, tal vez una tierna mascota para su señora.
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Bajo la sombra del único roble en pie una mujer permanecía en silencio, dirigiendo su pálida mano al collar que lucia en su cuello, extrayendo sin problema el diamante ubicado en su centro, dejándolo en su palma y mirando fijamente en el, inmediatamente en sus ojos se reflejo la imagen de un joven de cabellos grisáceos salvando a una pequeña niña en grave estado. Observando la esperada escena se susurro a si misma..
.- La historia esperada comienza..
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.-Nada -se dijo así mismo el joven que estaba en la cima de una montaña de escombros. Desvió su mirada a un muro que difícilmente se mantenía en pie, noto que en su fondo un pequeño bulto se encontraba, el shinobi de cabellos grisáceos camino a paso lento en esa dirección puesto que algo extraño llamaba en su interior..
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Había cerrado mis ojos en la espera de mi muerte, de mi fin, pues ya no tenia el valor de vivir... En menos de un segundo sentí como unas cálidas manos tomaban mi cabeza y la posaban en su regazo, pensé que era parte de mi agónico final, cuando algo escuché..
Esto mismo lo dijo cerca de mi oído y una esencia de paz abrazo mi alma al instante o eso es lo que pensé.. pues de inmediato el abrazo ilusorio se fundió en mi alma y la aprisiono con una fuerza sofocante.. En segundos mis ojos se abrieron como dos platos y solo pude ver una extraña silueta nubosa, mis lagrimas no se querían ir
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Mire a esta pequeña sobreviviente y vi pasar una espesa nube tenebrosa en sus ojos, quede fascinado pues había encontrado el tesoro deseado... -se dijo en sus pensamientos el joven shinobi- Estas tierras terminaron siendo lo que esperaba - continuó
.-Onegai shimasu..- fue lo único que aquel pequeño cuerpo pudo decir con sus ojos inundados en lagrimas, el joven le regalo una tierna mirada y sonriendole desde el alma, dedicándole unas palabras
.-Se fuerte pequeña niña y aún más fuerte cuando te lastimen, tan sólo se fuerte. Recuerda no puedes mirar el futuro con los ojos llenos de lagrimas
El joven tomo en brazos a la pequeña niña llevándola consigo en espera de una nueva vida.. Por lo menos eso fue lo que ella pensó, pues no se imaginaba lo que en el futuro le esperaba..
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Y entonces las palabras de mi onii-sama se desvanecieron y me aferre a la voz y palabra del joven que con ternura me levantaba del sucio suelo y me acogía en un cálido y fuerte abrazo, esta vez no fue sofocante
Estoy de acuerdo y es cierto, es verdad que los débiles lloran, pero derramar lágrimas limpia el alma y yo ensucie la mía por mucho tiempo hermano pero.. es hora de ser fuerte y aún mas cuando me lastiman, resistir como tú hacías, ya no puedo limpiar demasiado el alma porque ahora quiero mirar mi futuro al lado de estas personas, aunque sean los que tomaron sus vidas..