La información y demás datos de este artículo necesitan ser actualizados lo más rápido posible. |
La Carta Blanca | ||||
Ame llora.png | ||||
(白紙委任状, Hakushi inin-jō) | ||||
---|---|---|---|---|
Información | ||||
Anterior | Espejismos | |||
Número | Capítulo # 3 | |||
Siguiente | Amigos | |||
Saga | El Color de la Ambición | |||
| ||||
|
La Carta Blanca (白紙委任状, Hakushi inin-jō) es el capítulo # 3 de las Crónicas de la organización Mikazuki.
Ame despertó en su habitación muy confundida, se sentía desorientada como si todo lo que pasó fuera un sueño.
.- ¿Cómo te sientes? - le preguntó Akemi sentada junto a la cama.
.- Mareada, ¿me traerías algo de agua por favor? - le preguntó a su prima.
.- Ame Senko siendo amable creo que el golpe te afectó más de lo que parece - dijo divertida la mayor, mientras salía por la puerta.
Ame pestañeo tres veces, despejando su mente, poco a poco los recuerdos de su batalla si es que eso podía considerarse una batalla volvieron a su mente.
Suspiró con decepción, pensó que podría.
La puerta se abrió de nuevo lentamente, entró su abuela con expresión preocupada.
.- Estoy bien no te preocupes abuela, solo fue un pequeño golpe - Kaede con lágrimas en los ojos la abrazó.
.- Casi me matas otra vez, deberías ser consiente que este viejo corazón ya no es tan fuerte como antaño - susurró la anciana con alivio, entonces recordó la conversación que había mantenido hace unas horas con el Tsuchikage y Seki.
.- ¿Cómo está Ame? - preguntó el Tsuchikage con seriedad.
.- Ahora mismo está descansando al cuidado de su prima - respondió la anciana también seria.
.- Como sabrán, Ame ya cumplió la edad necesaria para recibir la carta, la sacerdotisa del santuario de Kōgen así lo ha indicado, ha enviado un ave mensajera esta mañana.
.- ¡Es muy pronto! ¡Ella no está lista aun! - exclamó asustada Kaede - Yo misma hablaré con la sacerdotisa esto no pued… - fue interrumpida.
.- Las aguas la han llamado, eso significa que es el momento, Madre - dijo tranquilamente Seki.
Kaede se sorprendió y recordó las palabras de Hikari.
“Cuando las aguas de Kōgen clamen su nombre, será el momento”
Sintió que la habitación daba vueltas y Seki la sujeto.
.- ¿Se encuentra bien Kaede-san? – preguntó amablemente el Tsuchikage, ofreciéndole un vaso de agua.
Kaede lo aceptó y el Tsuchikage continuó - Las aguas del Kōgen han clamado su nombre, reconociéndola como su heredera, cuando su corazón esté listo será una con las aguas.
.-¿Cómo saben que Kōgen está llamándola? ¿Ha dicho su nombre acaso? – preguntó.
.- La sacerdotisa, ha dicho "El llamado del Kōgen va dirigido únicamente a la heredera, pero solo podrá despertar su poder si la pureza de su corazón así lo desea" - citó el Tsuchikage.
.- La luz... Kōgen solo brilla ante el nombre del heredero - susurró Kaede para sí misma - está bien Tsuchikage- sama muchas gracias por avisarnos.
.- Ame será escoltada hasta el País de la luna, nos encargaremos de esconder su identidad - aseguró el Tsuchikage.
Kaede despertó de sus recuerdos.
.- ¿Estás bien abuela? Te noto preocupada - dijo Ame mirándola fijamente.
.- Pequeña hay algo que debes ver - le dijo Kede con seriedad.
Ame se sintió aún más confundida al ver como Kaede salía y entraba casi instantáneamente con un cofre en sus manos.
Kaede liberó un poco de chakra en el cerrojo del cofre para abrirlo y de este sacó un pergamino blanco que se notaba antiguo.
.- Léelo, es de tu madre - le dijo Kaede con una pequeña sonrisa.
Era mejor así, rápido y sin anestesia, A pesar de que Ame sabia de su lugar de origen, no sabía contra quien se enfrentaba realmente. Algo temblorosa, tomó el pergamino y lo abrió con cuidado. Una carta, de su madre.
.- A mi pequeña Luz.
Ame, lo primero que quiero hacer es pedirte perdón por hacerte falta todos estos años, pero este sacrificio era necesario para que ahora estés donde estás. Mi preciosa Luz, debes vivir, crecer, y volverte muy fuerte para que tu brillo guíe el camino a la libertad de tu pueblo, no debes temer porque tu estrella siempre estará contigo, tal vez con el transcurrir de los años entiendas todo lo que significa vivir y el dolor que esto conlleva, el secreto que buscas, lo que a tu corazón le hace falta están el santuario de Kōgen y desde tiempos remotos nuestra guardiana ha dicho “Cuando las aguas de Kōgen clamen su nombre, su corazón lo sentirá” y si esto ocurre significa que te has vuelto digna del secreto más grande, vive pequeña, vuela ángel, lucha para que la luna de Shiro vuelva brillar.
Ame terminó de leer, de sus ojos se derramaron dos pequeñas lagrimas que limpió con el dorso de su mano, las palabras de su madre estaban un poco confusas pero si algo había entendido es que si “Kōgen ” la había llamado ella debía ir cuanto antes, y si su abuela le había dado esta carta es porque Kōgen ya la había llamado.
Ella era fuerte, pero no lo suficiente.
.- Creo que ya te has dado cuenta - dijo Kaede - no hay mucho que explicar, mañana en la mañana partirás hacia el santuario de Kōgen en el País de la Luna, como sabrás en ese país tu cabeza tiene precio por lo cual debes ser extremadamente cuidadosa - dijo con todo de advertencia. Ame asintió.
.- ¿El Santuario es en Shiro verdad? - preguntó seriamente.
.- Si, por eso debes tener mucho cuidado, no te enfrentas ante cualquiera, la sacerdotisa te guiará hasta que estés lista, escucha sus consejos con atención y conseguirás éxito.
.- Abuela gracias por todo- dijo Ame con una sonrisa.
Kaede la abrazó.
.- Gracias a ti por estar conmigo mi niña - una lágrima se deslizó por la mejilla de Kaede.
.- Perdóname, Abuela - pensó.
.- Mi señora... - una muchacha de cabellos negros y estatura media ingresó a la amplia estancia donde se encontraba una joven mujer de porte imponente.
.- Lo sé - dijo la mujer, sus labios rojo escarlata se curvaron en una arrogante sonrisa.
.- ¿Qué haremos? - preguntó la muchacha indiferente.
.- Nada, solo veremos hasta donde son capaces de llegar - la mujer se sentó en un amplio y cómodo sillón contemplando por un gran ventanal, la aldea a sus pies.
Esa misma noche todo estaba preparado y en la oscuridad, una sombra se dirigía hacia su destino.
.- Adiós... - susurró.