Palabras | ||||
(言葉, Kotoba) | ||||
---|---|---|---|---|
Información | ||||
Anterior | Princesa de la Niebla | |||
Número | Capítulo #23 | |||
Siguiente | El Intruso | |||
Saga | Determinación (Saga) | |||
|
Palabras (言葉, Kotoba) es el capítulo # 23 de las Crónicas de la organización Mikazuki.
Esta vez la atención de ambos shinobis fue captada por los movimientos de la joven que al fin comenzaba a abrir los ojos, y al igual que Shinku entre ataques de tos expulsó cualquier intruso en su organismo y fijó su mirada asustada y preocupada en las personas que tenia enfrente.
• • •
Como un reflejo se levantó bruscamente, sintiéndose acorralada, tanteó a su costado en búsqueda de un arma con la cual defenderse, pero con desilusión se dio cuenta de que había sido requisadas por los shinobis que frente a ella la observaban con enigmática tranquilidad.
.-No puedes escapar- el hombre fue el primero en hablar.
La mirada de Seishin se endureció a medida que recobrara el control sobre si misma, pero no era tonta.
.-¿Qué es lo que quieren?- preguntó tranquilizando su postura, sin perder su pose defensiva.
La mujer de cabellos rojizos de acercó con peligrosa elegancia a Seishin- Si colaboras con nosotros, colaboraremos contigo- susurró cerca de su oído- así que mantente cerca y no intentes escapar porque te encontraremos- la suavidad de las palabras de la Uzumaki perturbaron inclusive a Nao.
Seishin no cambió su postura y aunque se sentía segura de poder escapar, había cosas que deseaba averiguar sobre aquellos extraños viajeros.
.• • •
Entreabrió sus ojos oscuros recibiendo de lleno la cálida luz del sol, volviendo a cerrarlos con brusquedad, se removió incomoda en su posición tratando de abrir los ojos sin sentirlos cocinarse, así que se sentó con lentitud y pereza lanzando un largo bostezo y por fin, con sus cabellos azules cubriendo su rostro somnoliento, abrió los ojos con incomodidad.
.-¡Ahrg!- lanzó un quejido al aire, mientras daba pequeño saltitos tratando de quitar la arena de su cuerpo- ¡Demonios!- continuó quejándose, en un suspiro miró a su al rededor tratando de encontrar con sus lastimados ojos a sus amigos, sin éxito.
Caminó arrastrando los pies con dirección al ancho mar, luciendo los pequeños raspones y moretones que le provocó el estrepitoso accidente, todo a su alrededor era un profundo silencio exceptuando el sonido relajante de las olas, cuando el agua tocó la piel de su cara se sintió más despierta y al mismo tiempo como si un foco se encendiera en su cabeza, sus ojos se expandieron de sorpresa y echó a correr de regreso, observando en el camino los restos de la embarcación.
.-¡¡Shinku!! - llamó algo desesperada- ¡¡Nao!!- la preocupación se reflejó en sus ojos al observar a su alrededor y darse cuenta que en ese lugar solo se encontraban ella, ella y mucha madera rota.
.-Deja de gritar, todos están bien- habló con tono aburrido una voz masculina a sus espaldas.
.-¡Zack!- Ame saltó a sus brazos como si dependiera su vida de ello, mientras en sus ojos ya habían aparecido pequeñas lagrimillas.
.-Pe-pero ¿que haces?- un pequeño tic se instaló en el ojo derecho de Zack mientras veía a Ame aferrarse a su camiseta y restregar su rostro en su pecho, se veía tan asustada e inocente, que no pudo evitar rodearla con los brazos para calmarla un poco- Todos están bien, me he llevado al capitán y los tripulantes a un lugar seguro- la calmó.
Ame respiró profundamente aliviada aun entre los brazos de su compañero- Gracias- susurró las mejillas ligeramente encendidas en granate.
Zack sonrió de lado ante la escena con el corazón encogido por esa niña y comenzaba a entender por qué Shinku había decidido ayudarla.
• • •
En una cueva apartada y oscura podía verse a Shinku de pie frente a una Seishin atada de manos y sentada sobre el frió suelo, Nao un poco más alejado también estaba sentado en el suelo, con la espalda apoyada en la pared rocosa y los ojos cerrados con expresión tranquila.
.-¿Te quedarás ahí parada o preguntarás?- exclamó con algo de brusquedad Seishin.
.-¿Por qué nos atacaste?- fue directamente al grano la pelirroja.
.-Quería ver que podía obtener de vosotros- se limitó a contestar.
.-Hmp...¿y atacas de esa forma a todos los barcos que entran en este territorio?- Shinku levantó una ceja no conforme con la respuesta de la pelinegra.
Se produjo un largo silencio en el que se oía e incluso sentía la respiración de todos los presentes, lo único que lo interrumpía era el sonoro goteo del agua que se había acumulado dentro de la cueva. Ninguno parecía dispuesto a romper ese momento cuando la joven maniatada se levantó casi de forma amenazante.
.-Si no hay más remedio os contaré porque estoy aquí...- Empezó con resignación- Pero, tendréis que soltarme.
.-No te soltaremos.- Respondió tajantemente Shinku, frunciendo el ceño.
.-De acuerdo... No hay trato entonces- Seishin se volvió a sentar de forma tranquila. Pero en su cabeza rondaban miles de planes de huida pero ninguno sería efectivo al 100% teniendo en cuenta el nivel sus opresores.
Pasaron varios minutos y no hubo ningún intercambio de palabras. La Uzumaki empezaba a impacientarse pero sabía que debía parecer serena. Varias veces se produjeron choques de miradas entre las dos kunoichis, pero ambas eran demasiado orgullosas para ceder.
.-¿Y si la desatamos?- Propuso Nao convencido de que no pasaría nada.
.-Se escapará, y quién sabe si nos volverá a atacar...
.-Somos dos contra uno y le hemos quitado todas su armas, está en clara desventaja.
Shinku le dio muchas vueltas a la idea pero al final el joven shinobi consiguió convencerla de que era la mejor opción. Se acercó lentamente hacia su enemiga y con un gesto le indicó que se diera la vuelta. Una vez libre, Seishin empezó a estirar todas las articulaciones de su cuerpo, las cuales crujían debido a la humedad.
.-¿Por qué nos atacaste antes?- Preguntó rápidamente la pelirroja.
.-Debido a razones personales necesito ninjas aliados para hacer una misión.... especial.
Los miembros de Mikazuki suspiraron a la vez mostrando que no estaban satisfechos con esa explicación tan breve.
.-¿Estás de broma? ¿Crees que con eso basta?
.-¿Cuáles son esos motivos personales?- Preguntó con curiosidad Nao.
La joven agachó la cabeza y emitió un leve gemido de dolor como si la pregunta le hubiera recordado un pasado doloroso y angustioso. Shinku adivinó que su dolor se debía a la pérdida de sus seres queridos e inmediatamente se sintió identificada porque ella también había sufrido por algo similar.
.-Tranquila, puedo entender el motivo de tu dolor, nosotros también estamos buscando ninjas aliados para completar nuestros objetivos- Dijo la joven en forma de consuelo mientras le acariciaba el pálido rostro en el que estaban a punto de recorrer lágrimas cristalinas.
Seishin, sin agradecerle el gesto, cambió su expresión por la fría y dura de antes. Sin embargo comprobó que sus sospechas se cumplían, que esas personas eran realmente especiales. Sabía que no podría encontrar ninjas más poderosos, con mayor trabajo en equipo y con un corazón más grande, por lo que decidió contarles lo que ocurrió aquella fatídica noche en Kirigakure y el motivo de por que necesitaba su ayuda.
.
.